lectura en el aula
La lectura es una de las habilidades que más beneficios trae al ser humano. Con ella podemos ampliar nuestra imaginación, incrementar nuestro vocabulario, aprender más de otras culturas e idiomas y hasta «viajar» a lugares que probablemente de forma física nunca conoceremos. Además, desarrolla nuestra capacidad de investigar, experimentar emociones e involucra gran número de procesos cognitivos.

Bajo el marco conceptual de PISA, se define a la lectura de las siguientes formas:

  • La lectura es una capacidad compleja. Se caracteriza a la lectura a lo largo de la escolaridad y de la propia experiencia lectora de la persona. Es una tarea que se manifiesta en múltiples tareas y contribuye al desarrollo de todas las capacidades del ser humano. La lectura es más que meramente decodificación de material impreso.

  • Leer es comprender textos escritos. La lectura consiste en la comprensión de textos. Comprender un texto es desentrañar el significado del mismo, en toda amplitud y complejidad. Comprender implica penetrar activamente en el significado y en el sentido del texto.

  • La lectura implica el uso y el empleo de la información. La lectura no es un proceso pasivo y receptivo que se limita a la decodificación. El lector es sujeto activo de la comprensión, se enfrenta al texto sus conocimientos y esquemas previos. La comprensión está en el lector, no en el texto.

  • La lectura posibilita la reflexión global. No puede separarse la lectura de los procesos de reflexión personal. Los lectores reflexionan sobre el contenido de lo leído, se posicionan personal y críticamente. La lectura es el alimento de sus pensamientos.

Al ver la importancia que tiene la lectura, es transcendental que como docentes la podamos trabajar en nuestras aulas. Para lograrlo, mencionaremos diferentes métodos a implementar:

  • Lectura en voz alta. Es la estrategia que permite al docente ser el modelo ideal de lector frente a sus estudiantes. Quien lee debería demostrar el disfrute que le genera hacerlo. Además, puede dar a conocer nuevas palabras. En los estudiantes, desarrolla el arte de escuchar atentamente, captando los distintos tipos de entonación de quien está leyendo.

  • Lectura compartida. Los alumnos y docentes comparten la tarea de leer, los estudiantes tienen la posibilidad de aprender en un ambiente seguro. Con la ayuda del profesor lograrán realizar la interpretación de ilustraciones, esquemas y diagramas, entre otros.

  • Lectura tutelada o guiada. Mediante esta estrategia el estudiante se desarrolla como lector individual, mientras participa de una actividad de apoyo social. El joven puede ir en busca del significado de las palabras que no conoce. También puede obtener más información del contexto.

  • Lectura independiente. El estudiante puede leer de forma individual y autónoma, con la posibilidad de elegir una lectura de su agrado. Así podrá poner en práctica lo aprendido mediante las estrategias anteriores.

  • Lectura silenciosa. Este tipo de lectura permite al estudiante leer con mayor rapidez y a la vez permite al docente dedicar más tiempo a aquellos alumnos que presentan dificultad en el proceso lector.

“La lectura es la ventana por la cual el lector primero se asoma despacio y espía. Luego, se apropia de esa historia, se sumerge en ella, disfruta de su protagonismo y de sus sueños de héroe, juega a adelantarse a una posible pista detectivesca, trata de resolver el acertijo y desarrolla su creatividad al buscar finales ingeniosos para su aventura escogida”. Natalino, L. (2013)